Eduardo Kac
Mediante el uso de las telecomunicaciones, el arte virtual, los performances, la telerrobótica, y el arte digital, Eduardo Kac se mantiene a la vanguardia de las producciones bioartísticas proponiendo un modelo artístico que connota opiniones dispersas ¿por qué? Su trabajo apunta metódicamente a la modificación genética, a la ingeniería biológica y a la alteración de las estructuras genotípicas y corporales de los seres vivos.
Por: Julián Lambraño González
​
Nacido en el año 1961 en Brasil, Eduardo Kac se ha dedicado al arte desde temprana edad incursionando en diferentes proyectos artísticos, de hecho, muy interesantes. Fascinado por la hibridación y combinación entre especies diversas, en 1997 el artista se implantó un chip en la pantorrilla que, desde entonces, transmite datos.; sin embargo, lo que le catapultó a la fama internacional fue Alba, una coneja a la que el artista modificó algunos genes para que brillara en la oscuridad.
​
​
​
Fue en el año 2000, así como para vestir de revolución al milenio, que presentó su obra biomodificada más interesante (léase controvertida): Alba; una coneja a la que transmutó genéticamente para que en circunstancias específicas el cuerpo del animal adoptara un color verde fluorescente. Lo logró a partir de la inserción de un gen único de las medusas en el ADN del mamífero, lo que suscitó un gran debate en torno a la legalidad, los alcances y funciones del arte y la ciencia en la naturaleza.
​
Obras atípicas de una mente brillante
​
El revolucionario artista transgénico
Otra de sus exposiciones clave fue aquella realizada el 11 de noviembre de 1997, en donde creó su Time Capsule (Cápsula del tiempo) en el centro cultural Casa das Rosas de São Paulo, Brasil. En directo, emitido por televisión y por Internet, el artista se implantó un microchip digital que contenía una serie de fotografías en color sepia en las que se documentaba la vida de su familia en la Europa previa al año 1939. De esta forma, Kac se convirtió en el primer ser humano portador de un implante de microchip. Nueve años después, esta acción le valió el primer Premio ArcoBeep de arte electrónico, que se otorga en la feria madrileña.
​
​
​
Producto de un pensamiento reformista, Kac ha presentado sus trabajos en importantes escenarios, galerías y museos como en el Maison Européenne de la Photographie de Paris, el Contemporary Art Center en Linz, Austria, el Museo de Arte Moderno de Río de Janeiro, entre otros; haciéndole una de las figuras más referenciadas e importantes del campo artístico.
​
Sus obras era tan poco usuales que para poderlas clasificar hubo que acuñar una nueva definición: arte transgénico, una denominación que reúne un conjunto de intervenciones tan respetuosas y éticamente irreprensibles que ni siquiera los defensores de los derechos de los animales le presentaron batalla. Sin embargo, para una entrevista con El País indicó que (a modo de reproche) "el problema de las investigaciones transgénicas es que se trabaja para favorecer a las empresas y no en beneficio de las poblaciones y los países donde se muere de hambre".
​
​
​
​
Su última obra (experimento artístico) es Edunia, un híbrido que, tal como indica su nombre, surge del gen de Eduardo y el de una petunia. La flor, propiedad de un coleccionista francés, se exhibe en la exposición titulada Kac: Alba & Edunia, que reúne sus dos principales proyectos: GFP Bunny y Natural history of the enigma.
​
Los trabajos de la serie GFP Bunny son fotografías, dibujos, pinturas, esculturas y animaciones protagonizadas por la coneja fluorescente. Se comparten junto a una serie de lagoglyphs - una especie de escritura conejo-gráfica formada por pictogramas, técnica que Kac utilizó ya en obras precedentes -. La segunda serie, además de la flor en su maceta, comprende bolsitas de semillas con las instrucciones de uso y envoltorios serigrafiados originales, numerados y firmados. "Los paquetes de semillas son como una escultura y también tienen imán para que se puedan colgar. Además mi idea es que Edunia sea sólo la primera de su especie, quiero crear otras plantimales, es decir plantas con características animales", explica Kac.
​
Desde sus primeros trabajos de telepresencia hasta sus proyectos de bioarte más recientes, Kac ha fijado su objetivo prioritario en establecer una comunicación entre todos los organismos vivos, en instalaciones que a menudo requieren la participación activa del público presencial o a través de Internet. Ahora está trabajando en unos libros de artista, con páginas hechas de una mezcla de vidrio y papel, que en vez de textos encierran aromas. "Hay 12 composiciones, cada una con su universo semántico, solo que la obra no es palabra ni dibujo, solo olor", concluye Kac.
​